El reencuentro.
Alguna vez, una persona me dijo que la vida está llena de altas y bajas. Que la vida es mucho más que logros por cumplir y que el tiempo de dios es perfecto.
Esta persona fue mi abuelo. En paz descanse hace ya dos meses.
Esta fue la razón por la que decidí hacer un último intento de ver a ese individuo que ilumina mis ojos tristes. Mi mejor amigo; Jorge.
Aunque estuvimos alejados por largo tiempo; supimos que nos necesitamos tanto el uno al otro desde que la primera lágrima me rodo por la mejilla y su cálida y dulce mano consoló mi frágil piel limpiando cada gota de agua salada.
Sé que el daño que nos causamos fue permanente y que causó estragos en nuestros corazones. Pero hoy me alegro de pensar que con esfuerzo y cariño algún día cercano o bien, distante… volveremos a ser como antes. Juntos, aunque no de la misma forma.
Quisiera que mi amigo supiera que el amor que siento por él es lo mas real y hermoso que me ha pasado en la vida y que si algún día encuentro a alguien que me quiera y me respete la mitad de lo que lo hacía, habré encontrado lo más cercano a la felicidad.
Los golpes brindados y las palabras hirientes… ya se terminaron.
No me arrepiento de nada. Lo besé y le dije que aun lo amo. Es verdad… es lo que mi razón, mi corazón y mi cuerpo me dicta desde el interior de mi alma. No lo niego, ni tampoco lo celebro. Simplemente lo sé.
También se que él está enamorado de alguien más. Y que mi recuerdo dificulta que sea completamente feliz con esa persona.
Yo le prometí alejarme de él hasta que podamos asimilar el hecho de que no estaremos juntos físicamente, es lo más difícil de toda esta situación. Pero lo prometí. Y voy a cumplirle cada palabra.
No volveré nunca a besarlo a menos que el me lo pida.
No volveré a permitir que mi arrogancia nos lastime. Nunca.
Quiero que sea inmensamente feliz… aunque no sea conmigo. Pero también quiero compartir cada logro y momento especial que viva de ahora en adelante.
Me perdí toda su prepa.
Se perdió mi dolor.
Ahora solo me queda decirle que no existen límites para el perdón ni para el amor.
Eres… simplemente ERES. Mi rayito de sol.
Alguna vez, una persona me dijo que la vida está llena de altas y bajas. Que la vida es mucho más que logros por cumplir y que el tiempo de dios es perfecto.
Esta persona fue mi abuelo. En paz descanse hace ya dos meses.
Esta fue la razón por la que decidí hacer un último intento de ver a ese individuo que ilumina mis ojos tristes. Mi mejor amigo; Jorge.
Aunque estuvimos alejados por largo tiempo; supimos que nos necesitamos tanto el uno al otro desde que la primera lágrima me rodo por la mejilla y su cálida y dulce mano consoló mi frágil piel limpiando cada gota de agua salada.
Sé que el daño que nos causamos fue permanente y que causó estragos en nuestros corazones. Pero hoy me alegro de pensar que con esfuerzo y cariño algún día cercano o bien, distante… volveremos a ser como antes. Juntos, aunque no de la misma forma.
Quisiera que mi amigo supiera que el amor que siento por él es lo mas real y hermoso que me ha pasado en la vida y que si algún día encuentro a alguien que me quiera y me respete la mitad de lo que lo hacía, habré encontrado lo más cercano a la felicidad.
Los golpes brindados y las palabras hirientes… ya se terminaron.
No me arrepiento de nada. Lo besé y le dije que aun lo amo. Es verdad… es lo que mi razón, mi corazón y mi cuerpo me dicta desde el interior de mi alma. No lo niego, ni tampoco lo celebro. Simplemente lo sé.
También se que él está enamorado de alguien más. Y que mi recuerdo dificulta que sea completamente feliz con esa persona.
Yo le prometí alejarme de él hasta que podamos asimilar el hecho de que no estaremos juntos físicamente, es lo más difícil de toda esta situación. Pero lo prometí. Y voy a cumplirle cada palabra.
No volveré nunca a besarlo a menos que el me lo pida.
No volveré a permitir que mi arrogancia nos lastime. Nunca.
Quiero que sea inmensamente feliz… aunque no sea conmigo. Pero también quiero compartir cada logro y momento especial que viva de ahora en adelante.
Me perdí toda su prepa.
Se perdió mi dolor.
Ahora solo me queda decirle que no existen límites para el perdón ni para el amor.
Eres… simplemente ERES. Mi rayito de sol.
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